
LA CIUDAD DE LOS ÁRBOLES
Dro
Esta banda compendia aquí parte de los ingredientes habituales de su fantochada. Entona con ínfulas poéticas textos llenos de tópicos que valdrían malas calificaciones a alumnos de Primaria, y suma violín al jevi metal más trasnochado. Otros cortes suenan a canción de misa, al menos hasta que hablan de empinar el codo. Eso sí, no resulta tan estomagante como esperpénticas óperas rock pretéritas.
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