El maestro Diego A. Manrique ha vuelto a hacer gala de su sapiencia en El País.
Os recomendamos leer la tribuna "Decoradores de tumbas" a través de este link:
http://www.elpais.com/articulo/cultura/Decoradores/tumbas/elpepicul/20090518elpepicul_12/Tes
Para hacer boca, nosotros os adelantamos sólo un párrafo:
"Lo hemos visto con Antonio Vega. Me cuesta reconocerle en ese retrato colectivo del artista generoso, siempre inspirado, extraordinariamente modesto. Oigan, no es verdad. En petit comité, a Antonio le indignaba lo que algunos hicieron con canciones suyas. Reconocía que la necesidad de dinero le llevaba a participar en discos dudosos, en programas sonrojantes. Confesaba que conocía los trucos para estirar la decreciente inspiración y completar un álbum. Capaz era de presentarse en su editorial tarareando una canción ajena como ocurrencia propia ('por si colaba'). Revelaba que la adicción le llevaba a vender o pignorar guitarras y otras posesiones esenciales. Todo ello le hacía humano y no un santo, como cabe deducir de muchos de los apresurados encomios redactados por compañeros de profesión, inevitablemente embarrancados en los tópicos".
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