viernes, 18 de abril de 2008

JOSELE SANTIAGO


“En mis canciones no hay lloriqueos, ni dramatismo, ni leches”

(Habrá que empezar reconociendo que sí, que la entrevista la hicimos el año pasado. Pero tampoco es tan grave, porque el disco en cuestión salió aún antes... En fin, que todo tiene justificación cuando se hace con buena voluntad y, además, se está en periodo de prueba, como esta versión rara -de verdad que sí- de Harlem R&R 'Zine)

Josele Santiago (Madrid, 1965), antigua punta de lanza de Los Enemigos, publicó hace ya un buen puñado de meses un segundo disco Garabatos, un segundo disco en solitario en el que caben filtraciones brasileñas, valses, alegres ritmos jazzies, cierto ambiente de varietés y la sentida melancolía del chelo. Tras 22 años en el negocio, sólo aspira a vivir de la música y “tener una relativa libertad”, y planea montar una banda de versiones con Artemio, primer batería de Los Enemigos.

Pregunta. ¿Estás plenamente satisfecho con Garabatos?
Respuesta. Sí, es la primera vez que escucho un disco mío y no me da grima. Creo que a todos nos pasa, que escuchas tu propia voz y te da como repelús, y con este disco es la primera vez que no me ha pasado, lo escucho y estoy relajado, no se me suben los hombros, ni me da vergüenza.

P. Hay vinos aguados, miserias, dolor, destierros, entierros, enfermedades, perdedores. ¿Es un disco triste?
R. Hombre, es lo que hay en la vida, pero me parece que es un disco bastante luminoso porque tampoco dramatiza. Trata esas cosas de una manera bastante serena, no hay lloriqueos, ni dramatismo, ni leches.

P. ¿Por qué asumes sonidos más reposados en solitario?
R. Me di cuenta de que las canciones nuevas no respiraban, no funcionaban con las maneras de Los Enemigos, necesitaban más aire. Cuando deshice la banda buscaba más libertad de acción en lo logístico y que las canciones respiraran. Y como cantante estaba frustrado, porque con tanto ruido no puede uno sentir según qué sutileza, está demasiado ocupado en hacerse entender, en intentar salir un poco por encima de tanto estruendo.

P. ¿Tienes vocación de poeta?
R. No lo sé. Yo quería ser guitarrista, pero como no había nadie que cantara, ni que hiciera letras, por ahí empecé, así que muy vocacional no debe ser. Luego sí me ha gustado, me gusta observar, sacar trocitos de lo que veo por la calle, dentro de mí o en la gente, lo que pasa es que es muy trabajoso.

P. ¿Cambiarías parte de tu reputación, de tu imagen de artista honesto y con calidad, por vender varios cientos de miles de discos?
R. Bueno, sucede que estoy muy a gusto como estoy, y lo de vender varios cientos de miles de discos me da casi tanto miedo como no vender ninguno. Conozco gente que ha perdido muchísima libertad a causa del éxito, y no me apetece una mierda. Me gusta pasear por ahí tranquilo, ir en metro y todas esas cosas.

P. Visto lo que suena en las radiofórmulas y lo que se vende, ¿eres el primer sorprendido porque la multinacional Emi apueste por tu música?
R. No, porque en Emi tengo colegas. Llevo ahí toda la vida, así que no me sorprende mucho. Aunque sí es un poco sorprendente que no me hayan echado, la verdad. Hay quien me defiende ahí.

P. ¿Piensas realmente que "pensando no se llega a na", como dice un tema tuyo?
R. No, esta canción es una pequeña broma. Lo que si es cierto es que, como todo, pensando, pensando, pensando, llega un momento en el que no se hace nada. Pero tampoco es cuestión de no pensar. Está sacada viendo un discurso en la tele de nuestro anterior Presidente, de Aznar, que venía a decir eso, el jodío. La escribí del tirón, casi.

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